jueves, 6 de enero de 2011

Actores desaliñados (¿y sucios?): de Johnny Depp a Robert Pattinson


Hay actores impolutos (vease ese pedazo de hombretón llamado John Hamm), a los que da gusto siempre mirar y otros que parece que disfrutan cuando van, como diría mi madre, “hechos una facha”. No soy yo tampoco de las que se “producen” en exceso, pero me gusta alegrarme la vista con hombres que explotan su sex-appeal y da gusto mirarlos, sin caer en los excesos de los metrosexuales ni que te asalten las dudas si al arrimarte a ellos te pueden contagiar algo. Además, una estrella del cine no sólo debe serlo, sino también parecerlo.
Aquí van algunos actores que han hecho del añejo dirty-chic su seña de identidad, aunque a mí me resultan todo menos chic y a los que antes de llevarme al catre les pasaría un agua jabonosa.
Robert Pattinson es joven y rebelde, quiere ser James Dean y se queda en paniaguado actorcillo de dudosa fotogenia, por muchas fans que tenga, pero también tiene detractores a los que provoca grimilla.´
Joaquin Phoenix llevó el desaliño a su máxima expresión en su falso documental donde perdía el norte y que pronto se estrena en España. De todos modos, le va el rollo guarrete a este buen mozo.
Jordi Mollà es nuestro colgadete nacional, de esos que parece que se echan caspa falsa sobre los hombros para que sintamos penita al verle. Tampoco el champú parece abundar en su cuarto de baño.
Viggo Mortensen es un bellezón rubísimo que alimenta su lado maldito con una imagen descuidada con la que huye como de la peste de la de sex-symbol que podría lucir con su espectacular físico.
Oscar Jaenada va echo un auténtico fistro de la pradera por la vida: hoy imita a Johnny Depp y mañana a Boy George, pero siempre sorprende por su poco logrado look, más cutrón que estiloso.
Mickey Rourke es otro actor que se ha aprendido bien el manual del perfecto maldito: una vida excesiva, mucho desparrame y un físico mutado en freak a base de costuras y hormonas que ya no tiene arreglo.
Benicio del Toro me recuerda a esos chiquillos gamberrotes y patosos que rompen los pantalones y su madre tiene que ponerle coderas y rodilleras. A él el glamour le debe parecer una peste…
Brad Pitt es un elegante bipolar. Me explico: de repente es el colmo de la elegancia -de la mano de Angelina, que siempre va PERFECTA- como que aparece en Cannes dando miedo con esos pelajos en la cara…
Russell Crowe puede presumir de su barba de muchos días, su exceso de peso y de greñas grasientas, además de tener poca querencia por los flashes, que suelen pillarle en plan cerdete.
Colin Farrell es un mocetón tan seguro de su poderío físico y sexual que no necesita pasar por un cuarto de baño para seducir a cuanta hembra humana se ponga a su alcance. A mí me mola más rasuradito…
Keanu Reeves adorna su aire melancólico habitual con un desaliño estudiado y tristón que provoca más ternura que ascazo, aunque siempre será recordado con sus chupas de cuero en Matrix, super cool.
Johnny Depp lleva décadas con ese look gitanesco con el que encandila a fans de todo el mundo, pero que ya suena a falso y desfasado. El rollo eterno adolescente con cerca del medio siglo encima no mola.
¿Qué otros actores van por la vida tan cerdetes que no parecen estrellas del cine?
Fuente: canaltcm

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